Celebrar la vida (estratosfera) es celebrar la muerte (ctónico) y el punto exacto en que ambos conceptos se tocan es el eje de ordenadas y coordenadas que rige nuestro rumbo. A lo largo de dos años la música que habita El Muelle se ha desprendido de sus viejas (que no podridas) maderas en una suerte de festiva inmolación que tiene mucho de dádiva. Cada referencia editada, cual moluscos bivalvos, se ha paulatinamente dado en abandonar la nave para compartir la experiencia y hacerla festiva, y es ahora que El Muelle hace lo contrario; abrir sus compuertas para permitir que sus oyentes sientan lo que es agarrarse a esa particular Línea de Flotación que huele a batracio espiritual y a leche materna antigua.

Aquí ni existe ni existirá el Síndrome del Nido Vacío porque cuando parece que naufragas y la gente abandona la nave, al mismo tiempo otros y otras están prestos al abordaje. ¿Qué Línea de Flotación más perfecta acaso se haya imaginado que el eterno devenir Ourobórico y su naturaleza cíclica?. No te engañes, la Línea de Flotación no es sólo un grupo de músicos mamando de las ubres o simientes de la madre: es toda una ley física que impide el hundimiento per sé y se empeña en mantener a flote lo que a priori estaba dado en caer.

Si necesitas leer entre líneas es que a buen seguro estás abocado a yacer en lo abisal. Si has llegado aquí con ánimo aventurero, espíritu inquieto y navegante, quizás la apnea que te atenaza pronto de lugar a la claridad.

Mira bien, amigo o amiga, ¿acaso no ves por fin la luz en la negrura salada que pondrá fin y principio a tu pálido y sempiterno ascenso?

Coronel Mortimer

Málaga, octubre 2017

comprar disco